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De un vistazo

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Compuesto: 1956, 1963

Orquestación: 2 flautas (2ª=piccolo), oboe (1ª=corno inglés), 2 clarinetes (2ª=clarinete bajo), fagot, 2 trompas, 4 trompetas, 3 trombones, tuba, 2 saxofones altos, 2 saxofones tenores, saxofón barítono, bajo de jazz, timbales, percusión (bongos, claves, batería, maracas, platillos suspendidos), arpa, piano, y cuerdas

Primera actuación de la Filarmónica de Los Ángeles: 17 de agosto de 2017, dirección de Bramwell Tovey

Sobre esta pieza

La llegada de los discos de larga duración fue importante para que Ellington siguiera desarrollando formas ampliadas. Night Creature, que cuenta con una orquesta completa más saxofones, fue orquestada por Ellington y Luther Henderson como una especie de concerto grosso de tres movimientos, una banda de jazz como solista colectiva dentro de una orquesta sinfónica, y fue grabada en 1963 en el álbum Symphonic Ellington. La música de Ellington tenía sus raíces en la danza, y aunque no fue concebida originalmente como tal, Night Creature ha sido coreografiada con éxito, sobre todo por Alvin Ailey en 1975 para su American Dance Theater. A continuación, el propio escenario de Ellington para su poema tonal en tres partes:

"El primer movimiento trata de un bicho ciego que sale cada noche para descubrir que, como es el rey de las criaturas nocturnas, debe bailar. La razón por la que es el rey, por supuesto, es que al ser ciego, vive en la noche todo el día, y cuando llega la noche de verdad, ve tan bien como cualquier otro, pero con la diferencia de que está acostumbrado a no ver. Así que saca sus antenas y se pone a bailar, y si sus antenas le advierten de un peligro, se detiene, se gira en otra dirección y sigue molestando a las chinches.

"El segundo movimiento trata de ese monstruo imaginario que todos tememos tener que conocer alguna medianoche, pero cuando lo conozcamos, estoy seguro de que descubriremos que él también hace el boogie-woogie.

"Las criaturas nocturnas, a diferencia de las estrellas, no salen de noche: se encienden, cada una pensando que antes de que acabe la noche será la estrella. Son el frío inquieto cuyas animaciones exóticas o eróticas, por muy frías que sean, piden el reconocimiento, principalmente de la reina, esa mujer deslumbrante que reina sobre todas las criaturas nocturnas. Ella es el tema del tercer movimiento. Sentada en su lugar elevado y cantando, "Quiero ser reconocida" (en Re mayor), o "¿Quién sino yo será deseado? (en la bemol), o "¿Quién tiene el gusto por mi coreografía? (en la menor). Después de haber hecho sentir a cada uno de sus súbditos que Su Majestad canta sólo para él o ella, que es individualmente el más genial o el más loco, su alteza se levanta y chasquea los dedos. Al salir del palmoteo, todos se apresuran a estar en su sitio, lamentándose y aludiendo a la forma más exagerada de subidón". -John Henken