Sinfonía No. 3 en do menor, Op. 78 ("Órgano")
De un vistazo
Compuesto: 1886
Duración: c. 34 minutos
Orquestación: 3 flautas (3ª = flautín), 2 oboes, corno inglés, 2 clarinetes, clarinete bajo, 2 fagotes, contrafagot, 4 trompas, 3 trompetas, 3 trombones, tuba, timbales, percusión (bombo, platillos, triángulo), piano (a cuatro manos), órgano y cuerdas.
Primera actuación de la Filarmónica de Los Ángeles: 14 de noviembre de 1935, Pierre Monteux dirigiendo
Sobre esta pieza
Se dice que el compositor francés Charles Gounod se refirió a Saint-Saëns como el Beethoven francés. Si Gounod se hubiera atrevido a emitir tal juicio, habría sido un claro caso de ilusión o autoengaño, o ambas cosas a la vez. En la época en la que se supone que se hizo la afirmación, la década de 1880, los franceses nunca habían sido sinfonistas en el sentido clásico, ni estaban destinados a serlo. Al fin y al cabo, un país cuyos gustos musicales se inclinaban más por la fastuosidad operística que por la sobriedad de las salas de concierto no podía producir un Haydn, un Mozart o un Beethoven. El hecho de que engendrara a un Berlioz sólo parece perturbar la imagen musical del país, pero, por supuesto, el deslumbrantemente extravagante Hector no era un sinfonista clásico en el molde austro-alemán.
Tampoco lo era Camille Saint-Saëns, aunque, dada su visión conservadora de la música, su prodigiosa creatividad y su artesanía superior, estaba bien equipado para seguir en esa línea. Aun así, su notable aptitud para la invención melódica, para la línea elegante y para la orquestación brillante, todo lo cual le sirvió tan bien en docenas y docenas de obras grandes y pequeñas, podría contribuir poco a que se convirtiera en un sinfonista beethoveniano.
Pero, ¿por qué darle tanta importancia a Gounod? Saint-Saëns escribió cinco sinfonías Saint-Saëns, y ninguna de ellas sugiere que su creador se creyera heredero del trono del maestro de Bonn. En realidad, para su Tercera Sinfonía y para sus poemas sinfónicos, Saint-Saëns tenía su mayor deuda con Liszt, ya que es el método de transformación temática del compositor húngaro y el uso cíclico del material transformado a lo largo de una obra dada lo que el francés se apropió celosamente.
Para el estreno de su Tercera Sinfonía en 1886 por la Sociedad Filarmónica de Londres, para la que fue compuesta, Saint-Saëns indicó en un análisis escrito que la obra, aunque dividida en dos partes, incluía prácticamente los cuatro movimientos sinfónicos tradicionales.
La Sinfonía comienza con una introducción lenta y wagneriana(Tristan und Isolde), tras la cual se anuncia el inquieto primer tema del Allegro en las cuerdas; este es el motivo que aparece en transformaciones a lo largo de la obra y que sugiere fuertemente el primer tema de la Sinfonía "Inacabada" de Schubert. El órgano aparece por primera vez en el Adagio contemplativo, mientras que piano entra en escena en el asertivo scherzo, que, en el esquema de Saint-Saëns, se encuentra al principio del segundo movimiento. El final se construye sobre otra de las muchas transformaciones del tema principal del primer movimiento, aquí majestuoso gracias al poderoso apoyo del órgano, y la composición, sumamente atractiva, termina con una brillante concentración de fuerzas orquestales.
-John Henken