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Compuesto: 1945

Orquestación: 2 flautas (2ª=piccolo), 2 oboes, 3 clarinetes (3ª=clarinete bajo), 2 fagotes, 4 trompas, 4 trompetas, 3 trombones, 1 tuba, timbales, percusión (bombo, platillos, glockenspiel, platillo suspendido, pandereta, xilófono), batería, arpa, cuerdas y solo piano

Primera interpretación de la Filarmónica de Los Ángeles: 25 de agosto de 1966, el compositor dirigiendo

Sobre esta pieza

Aunque la pieza central del primer concierto de Ellington en el Carnegie Hall, Black, Brown and Beige, no fue tratada con benevolencia por los críticos (en particular los que se inclinaban por desestimar la validez de tratar el jazz como música artística), el concierto tuvo el éxito suficiente como para que el compositor y director de orquesta fuera invitado a una segunda aparición en el Carnegie ese mismo año.

En esta ocasión, el programa estaba más orientado a los estándares de la big band sobre los que Ellington construyó su reputación. Aunque no fue tan expansivo como en Black, Brown and Beige, Ellington estrenó una nueva composición que mostraba la misma ambición por ampliar las formas tradicionales del jazz para contar la historia de la América negra con dignidad. New World A-Comin' es una rapsodia de 13 minutos para piano y banda. El título procede de un libro del mismo nombre escrito por el muy reconocido periodista y autor negro Roi Ottley, que documentaba la vida cotidiana de los afroamericanos en Harlem durante los años 20 y 30, así como su esperanza de un futuro mejor.

En sus memorias Music Is My Mistress, Ellington escribió: "Visualicé este nuevo mundo como un lugar en un futuro lejano donde no habría guerras, ni codicia, ni categorización, ni no creyentes, donde el amor era incondicional y ningún pronombre era lo suficientemente bueno para Dios".

Musicalmente, esa esperanza adopta la forma de una obra virtuosa para Ellington en la dirección piano-inusual para el líder de la banda y un pianista más que capaz que prefería mostrar sus habilidades como compositor. El bello tema y las variaciones se apoyan en ricos sobretonos y acordes que el estudioso de Ellington Mark Tucker describe como una reminiscencia de Ravel hasta el punto de que "podría llamarse Fox-Trots Nobles et Sentimentales" y es de primera clase de Ellington. Otras partes podrían evocar la dulzura romántica de Rachmaninoff. Ellington volvería a orquestar New World para orquesta y la interpretaría con el respaldo de varias orquestas sinfónicas, especialmente la Filarmónica de Los Ángeles en el Hollywood Bowl en 1966. -Ricky O'Bannon