Sobre esta pieza

Cabría esperar que el histórico estreno de la Primera Sinfonía de Florence Price por la Orquesta Sinfónica de Chicago en 1933 le hubiera valido un mínimo de acceso a esa orquesta y a otras para sus composiciones posteriores, pero no fue así. Su Primera Sinfonía permaneció inédita hasta 2008, su Segunda Sinfonía está desaparecida y su Cuarta Sinfonía (1945) no se interpretó en vida ni se publicó hasta 2020. ¿Cómo es posible que la obra de una sinfonista tan brillante y significativa haya permanecido en la oscuridad durante tanto tiempo?

Las cartas de Price responden claramente a esta pregunta. Intentó en repetidas ocasiones persuadir a director de orquesta Serge Koussevitzky (1874-1951) para que programara su música, pero fue en vano. jul Una de las cartas que le envió, fechada el 5 de marzo de 1943, describe las dificultades a las que se enfrentó:

Para empezar, tengo dos desventajas:la del sexo y la de la raza. Soy una mujer y tengo algo de sangre negra en mis venas. Sabiendo lo peor, entonces, ¿sería usted lo suficientemente bueno como para contener la posible inclinación a considerar la composición de una mujer como larga en emocionalidad pero corta en virilidad y contenido de pensamiento; hasta que haya examinado algunos de mis trabajos? ... En cuanto a la desventaja de la raza, ... Me gustaría que me juzgaran sólo por mis méritos;elgran problema ha sido conseguir que los directores de orquesta, que no saben nada de mi trabajo... consientan siquiera en examinar una partitura.

Afortunadamente, la Tercera Sinfonía de Price no pasó totalmente desapercibida en vida: Fue interpretada por Valter Poole y la Orquesta Sinfónica de la WPA de Michigan los días 6 y 8 de noviembre de 1940. Esas interpretaciones fueron un éxito, y la Primera Dama Eleanor Roosevelt informó con entusiasmo sobre la obra en su columna de periódico sindicado, My Day, peroeso no fue suficiente para rescatar la obra del olvido al que la condenaron las "desventajas" de la raza y el sexo de su compositor. No se volvió a escuchar en vida de la compositora y permaneció sin representarse hasta 2001 y sin publicarse hasta 2008. Sólo ahora empieza a escucharse en las salas de concierto con cierta regularidad.

No obstante, la Tercera Sinfonía de Florence Price supera a su predecesora en originalidad y madurez de concepción, y la correspondencia de la compositora demuestra que comprendía plenamente su importancia. En una carta de 1940 afirmaba que era "de carácter y expresión negroides", pero se apresuraba a aclarar que no se limitaba a reproducir la tradición afroamericana tal y como estaba representada en su Primera Sinfonía. La obra posterior, dijo, era "una sección transversal de la vida y el pensamiento negros actuales, con su herencia de lo que es pasado, paralela o influenciada por conceptos de laactualidad" (énfasis añadido) -una referencia al cultivo de pasajes disonantes, percusión estridente y otros recursos expresivos modernistas de la Tercera Sinfonía que estaban ausentes en la Primera Sinfonía pero que eran fundamentales en la música del siglo XX en general, y en gran parte de la música posterior de Price.  

Estas descripciones no sólo revelan las ideas de Price sobre la música de esta ambiciosa obra. Más aún, revelan que entendía que marcaba una nueva etapa en su desarrollo como compositora y que preparaba el camino para algunas de las composiciones más importantes y sorprendentemente originales de toda su carrera.

La Tercera Sinfonía de Price está dividida en cuatro movimientos, en los que se enfrentan elementos tradicionales afroamericanos y modernistas. El primer movimiento destaca los estilos del siglo XX desde el principio, comenzando con una introducción lenta e inestable y pasando de ahí a un tema principal turbulento y disonante, allegro; sólo con el exuberante y expansivo segundo tema, confiado primero al trombón solista, los sabores de los estilos vernáculos negros pasan a primer plano. Esos sabores lanzan el tranquilo Andante ma non troppo, pero la serena belleza de su sección de apertura es interrumpida repetidamente por material de tonos enteros intranquilos que nos recuerda que, después de todo, esta es música del siglo XX, no del XIX. El tercer movimiento es una danza Juba afroamericana, pero también incluye un tema influenciado por el blues que introduce una nueva faceta de los estilos vernáculos negros en la sinfonía. Y el final del scherzo es una exploración caleidoscópica de virtuosismo orquestal y colores arremolinados. Aunque las influencias estilísticas afroamericanas se dejan sentir aquí, en general, predominan la turbulencia y la aventura armónica de la música clásica de mediados del siglo XX. Una y otra vez, la inquietud promete calmarse, y una y otra vez, la calma apenas establecida se rompe, hasta que finalmente Price abandona cualquier intento de resolver el conflicto entre ambos. El final de la Sinfonía es un tour de force de remolino, abandono caótico puntuado por la disonancia y el cromatismo, y sus últimos compases son una furia de percusión rugiente e interjecciones acordes que finalmente logran reclamar la obra de la turbulencia y la discordia -las fuerzas conflictivas y discordantes del mundo musical, y la condición afroamericana, que se expresan elocuentemente en esta sinfonía.

-JohnMichael Cooper