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De un vistazo

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Compuesto: 2015

Duración: c. 14 minutos

Sobre esta pieza

¿Quién dijo que no se puede escribir música ferozmente original que empieza con un acorde de Do mayor? El Concertino para Piano y orquesta de cámara de Juri Seo adopta aparentemente un enfoque convencional de la tonalidad y la forma, sólo para ponerlo patas arriba. Muchos de los elementos utilizados por la compositora coreana existen desde hace mucho tiempo, pero la forma en que los emplea, por separado o en conjunto, es totalmente inesperada.

Seo, profesora en Princeton, es también una consumada concertista de piano que ha escrito mucho para su instrumento. Para el Concertino, creó una estructura con una simetría quíntuple, con un scherzo central enmarcado por dos movimientos lentos (Nos. 2 y 4), con dos rápidos que sirven de sujetalibros (Nos. 1 y 5). Las llamativas tríadas del movimiento de apertura ("Fanfarria-Marcha"), mezcladas con otros acordes aparentemente inconexos, conservan su papel central a lo largo de toda la obra, aunque suceden muchas más cosas a su alrededor, tanto en el piano solista como en el conjunto. El segundo movimiento lento ("Schumann") se entrega a un romanticismo desvergonzado, en el que un fragmento de música onírica que evoca (pero no cita) al maestro alemán se sitúa en contextos bastante inesperados. El movimiento central ("Jazz Fughetta") es un jugueteo animado que lleva la idea de la fuga jazzística de Bernstein de West Side Story ("Cool") unos cuantos pasos más allá. En el movimiento "Resonance", extremadamente lento, los acordes cambiantes del piano se difuminan mediante el uso del pedal, mientras que las cuerdas ensombrecen los mismos acordes con sus sonidos suaves y sin vibrato. Le sigue attacca (sin pausa) el Finale, en el que los ostinatos salvajes y las rápidas escalas del pianose mezclan con una juguetona melodía de danza en los vientos. A continuación, Seo recupera el "extraño" Do mayor del primer movimiento para el sorprendente final. -Peter Laki