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Meshell Ndegeocello

Acerca de este artista

Hay discos dedicados al dolor personal, o a la protesta política, al amor, a la muerte, a la nostalgia, a la rabia. Los hay que son simplemente divertidos, brillantes, la banda sonora de un buen rato. Algunos son exploratorios, un viaje musical, una creación sonora cambiante, una nueva forma de hacer algo viejo. Un artista puede elegir el concepto y el contenido, o hacer caso a una visión, seguir a su musa o a su manager. Pero en tiempos tan extremos y abrumadores, cuando no hay una expresión conocida para el sentimiento, ni una dirección satisfactoria para el arte o la acción, entonces pueden refugiarse en un proceso, un ritual, algo familiar, cuya forma y sonido recuerdan a otro tiempo por completo, para poder capear el presente lo suficiente como para llamarlo pasado. Algunos álbumes son testimonios, otros confesiones y otros son huidas. Ventriloquism, el último álbum de Meshell Ndegeocello, es un lugar, como su proceso, para refugiarse de una tormenta de más.

Musicalmente, el ventrilocuismo tiene el sello de todo el trabajo de Ndegeocello, exuberante e investigativo, subversivo y sublime. Como siempre, rinde homenaje a sus diversas influencias y en estas once portadas, las escuchamos superpuestas. Ndegeocello filtra "Tender Love" a través de un filtro folclórico y californiano y aporta acentos de vodevil a "Sensitivity". Recrea "Smooth Operator" en cinco, y convierte "Private Dancer" en un sensual vals. La reimaginación permite no sólo una nueva experiencia musical, sino también un comentario sobre las estrechas expectativas de sonidos y estructuras para los artistas y la música negra.

"Al principio de mi carrera, me dijeron que hiciera el mismo tipo de álbum una y otra vez, y cuando no lo hice, perdí el apoyo. No hay mucha diversidad dentro de los géneros, que se están guetizando a sí mismos, y me gustaba la idea de convertir los éxitos que me encantaban en algo incluso un poco menos familiar o formulista. Era una oportunidad para rendir un nuevo tipo de tributo".

Este álbum se grabó en Los Ángeles con la familia familiar de socios y músicos con los que Meshell ha trabajado durante años. Chris Bruce toca la guitarra, Abraham Rounds está en la batería, Jebin Bruni ha coproducido el álbum y toca las teclas. S. Husky Huskolds se encarga de la ingeniería y Pete Min de la mezcla y la masterización. Para Meshell, las relaciones duraderas y de colaboración con sus colegas músicos son una de las partes más importantes de la creación musical, lo que le ha llevado a decir en más de una ocasión "Meshell Ndegeocello es una banda".

Algunos temas fueron seleccionados por sus reflexiones: El álbum se abre con "I Wonder If I Take You Home", que marcó la temprana influencia de Prince y el Hip Hop en el pop comercial, y fue una referencia para el propio "If Thats Your Boyfriend" de Ndegeocello. Al pedirle constantemente que sea "funky", Meshell incluye "Atomic Dog" como recordatorio de que el corazón del funk es inefable e irreverente, y no se limita a actuar con florituras vistosas, palmadas o fideos. Otras canciones ofrecían una salida a las verdades emocionales: "Waterfalls" fue despojada, y entregada como un honesto y necesario lamento personal. "Sometimes It Snows In April" tiene una introducción prolongada, resultado accidental del deseo de la banda de retrasar la nueva e inevitable tristeza de la canción. "Funny How Time Flies" se acerca al sarcasmo en sus sonidos ominosos y solitarios, ejemplificando cómo estos tiempos -personalmente para Meshell, políticamente para muchos- no son ni voladores ni divertidos.

"El año que rodeó la grabación de este álbum fue tan desorientador y desalentador para mí personalmente y para tanta gente que conozco y con la que hablo todo el tiempo. Busqué una forma de hacer algo que fuera ligero mientras las cosas a mi alrededor eran tan oscuras, un lugar musical al que ir que me recordara otro tiempo más brillante."

Una nota final para el oyente, Meshell eligió un arte para el paquete del álbum que insinúa lo que hay dentro: Una V gráfica, una M oculta, la obra de arte es simbólica, sexy, y apela al lenguaje de protesta de la época de la que proceden estas canciones. Sin palabras ni imágenes, la obra de arte es en sí misma una declaración de que incluso cuando no se puede imaginar qué decir, si se une para crear, se puede encontrar la transformación y la reinvención, lo viejo puede convertirse en nuevo, el hoy puede convertirse en el mañana.