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Sobre esta pieza

El Concierto de Brandemburgo nº 1 de Johann Sebastian Bach es la primera obra de un conjunto de seis de las obras instrumentales más conocidas de la primera mitad del siglo XVIII. Bach (1685-1750) compuso sus seis Conciertos de Brandemburgo mientras trabajaba para el Príncipe de Anhalt-Cöthen, gobernante de un pequeño principado en el corazón de la Europa central de habla alemana. Fueron dedicados al Margrave de Brandemburgo, otro príncipe alemán que Bach había conocido durante un viaje que el compositor hizo a Berlín en 1719 para comprar un clavicordio para la corte de Cöthen. Al parecer, el margrave le pidió a Bach que compusiera una serie de conciertos, y Bach le obligó a hacerlo con sus seis "conciertos con diversos instrumentos", cuyo manuscrito lleva una dedicatoria al margrave y la fecha de 1721.

El primero del conjunto, en la cálida tonalidad de fa mayor, está a la altura de la descripción de Bach, con un par de trompas solistas, tres oboes, un fagot y un violín solista que se suman a la orquesta básica barroca de cuerdas y continuo (normalmente clave y violonchelo). Las trompas, instrumentos tradicionalmente asociados a la caza, confieren al concierto una sensación otoñal al aire libre; de hecho, en su primera versión, el concierto sirvió originalmente como apertura instrumental de la Cantata de la "Caza" de Bach de 1713 (famosa a su vez por su aria "Las ovejas pueden pastar sin peligro"). Al reelaborar la música, Bach añadió el tercer movimiento Allegro y amplió la secuencia de danzas que componen el cuarto movimiento.

En su forma final, el concierto combina elementos de la antigua suite barroca, que consistía en una obertura seguida de varios movimientos de danza, con características del (entonces) recientemente desarrollado concierto al estilo de Vivaldi, con su alternancia entre orquesta y solista. En el movimiento de apertura, Bach trata los diferentes instrumentos solistas de forma antifonal, con diferentes instrumentos que suenan en contra o en combinación con otros. El segundo movimiento, de carácter lento, comienza con un oboe que "da vueltas", a la manera típica del Barroco, a una melodía que parece interminable. Esta melodía es repetida y elaborada por los distintos solistas antes de que una serie de notas descarnadas que parecen quedar suspendidas en el aire sean interpretadas por distintas voces orquestales para dar paso al tercer movimiento.

Este tercer movimiento Allegro se asemeja en sus líneas al final de un concierto al estilo de Vivaldi: es rápido y presenta un destacado solo de violín, con los demás instrumentos solistas aquí interpolados en la textura orquestal. La mini-suite de danzas que sigue recuerda otra función de la música en la época de Bach, cuando las orquestas solían entretener al príncipe y su corte en la mesa, mientras cenaban, con este tipo de música elegante y poco exigente. Bach utiliza el minueto de apertura para enmarcar una serie de tríos, el primero para oboes y fagot solamente, el segundo una Polacca (una danza procesional de parejas de origen polaco de ritmo moderado) para cuerdas apagadas, el tercero un interludio festivo para oboes y trompas.

- John Mangum es el Diseñador/Annotador de Programas de la Filarmónica.