Concierto Piano n.º 3 en re menor, Op. 30
De un vistazo
Compuesto: 1909
Duración: unos 41 minutos
Orquestación: 2 flautas, 2 oboes, 2 clarinetes, 2 fagotes, 4 trompas, 2 trompetas, 3 trombones, tuba, timbales, percusión (bombo, platillos, caja, triángulo), cuerdas y solo. piano
Primera actuación de la Filarmónica de Los Ángeles: 2 de enero de 1930, Artur Rodzinski dirigiendo, con Vladimir Horowitz, solista
Sobre esta pieza
En la misma época en que Stravinsky se convertía en el gran vanguardista ruso, su compatriota Sergei Rachmaninoff iniciaba la segunda fase de su carrera estelar como concertista de piano de la tradición romántica. Rachmaninoff había sido alumno de Anton Arensky, que había sido alumno de Nikolai Rimsky-Korsakov, y de Sergei Taneyev, que había estudiado con Chaikovski. Así pues, Rachmaninoff estaba a caballo entre dos Rusias: tanto cronológicamente, entre los compositores de la Rusia zarista y los soviéticos, como estéticamente, entre el nacionalismo de Rimsky-Korsakov y el romanticismo académico de Chaikovski.
El año 1909 marcó el comienzo de los últimos años de Rachmaninoff en Rusia, antes de la Revolución bolchevique. Ahora actuaba más como pianista y director de orquesta que como compositor, pero comenzó el Tercer concierto Piano en verano en su casa de Ivanovka, en el sur de Rusia, para una gira de conciertos prevista en Estados Unidos ese otoño.
Estrenado por el compositor con la Sinfónica de Nueva York, bajo la dirección de Walter Damrosch, el 28 de noviembre de 1909, la obra fue reconocida como característica de Rachmaninoff: una escritura piano terriblemente difícil, con extensos acordes y magníficas líneas, exuberantes texturas orquestales y melodías melancólicas y agridulces. Y aunque hoy en día se considera la obra cumbre de la música de concierto romántica, el Tercer Concierto fue interpretado por muy pocos músicos, aparte del propio Rachmaninoff, hasta que el virtuoso del siglo XX Vladimir Horowitz lo introdujo en la corriente dominante.
Los temas de toda la obra se presentan en el primer movimiento. Un motivo rítmico punteado sirve de motor a todo el concierto. El Allegro inicial comienza en la orquesta, y el piano se superpone al melancólico pero digno primer tema. Las trompas, los clarinetes, las trompetas, los oboes y el piano introducen fragmentos del segundo tema, que luego las cuerdas exponen en su totalidad, una variación de figuras staccato que evoluciona hacia una melodía dulce y cantarina. El desarrollo es un largo crescendo y acelerando en el que los dos temas parecen transformarse juntos, y el acompañamiento orquestal está en un constante tira y afloja con las elaboradas frases del piano. Rachmaninoff escribió dos versiones de una cadencia para este movimiento. La versión "ossia", más larga, con más acordes y más difícil, se escribió primero; la versión más corta y escurridiza fue la que tocó Rachmaninoff. La versión original, sin cortes, fue puesta de moda por Van Cliburn en el Concurso Chaikovski de 1958.
El invernal Intermezzo es introducido por la orquesta y, tras 32 compases, el piano irrumpe y se disuelve en la quietud. El tema se desarrolla en la remota tonalidad de Re bemol, alternativamente melancólico y tranquilo. En la sección central, el ambiente se anima considerablemente con un vals en compás de 3/8, que perfila la melodía en el contexto de tresillos revoloteantes. Vuelve el ambiente sombrío, y un último gran gesto estalla en el alla breve Finale. Aquí de nuevo hay variaciones sobre los dos temas iniciales; es la velocidad, la ferocidad rítmica y el staccato martilleante lo que crea variedad e interés. Una sección intermedia scherzando presenta decorativas variaciones piano sobre el segundo tema sobre una tranquila escena orquestal. El regreso al tempo anterior cierra el concierto con un impulso furioso, con el piano tocando gruesos acordes en un staccato percusivo. -Meg Ryan