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Duración: 10 minutos

Orquestación: 3 flautas (3ª = piccolo), 2 oboes, corno inglés, 2 clarinetes, clarinete bajo, 2 fagotes, contrafagot, 4 trompas, 3 trompetas, 3 trombones, tuba, timbales, caja, xilófono, campanas, bombo, platillos, bloque de madera, claves, guiro, maracas, bongos y cuerdas.

Sobre esta pieza

A principios de la década de 1930, George Gershwin se dedicó a superarse a sí mismo, con éxitos de canciones que ya se contaban, numerosos espectáculos musicales de éxito y la fama y la fortuna firmemente en sus manos. Tras los estrenos de Rhapsody in Blueel Concierto en Fa, la Rapsodia nº 2 y Un americano en París, se centró en la habilidad técnica que sabía que faltaba en su arsenal creativo: la orquestación. Así llegó Joseph Schillinger. Nacido y formado en Rusia, Schillinger emigró a Estados Unidos en 1928 y se estableció en Nueva York como profesor de música, matemáticas, historia del arte y, sobre todo, de su propio sistema de composición basado en rígidos principios matemáticos. Al recibir la recomendación de estudiar con Schillinger y con la firme intención de mejorar su orquestación y contrapunto, Gershwin se puso en manos del maestro ruso de 1932 a 1936 (cuando se marchó a California y al cine).

El Sistema Schillinger era fuerte en técnica pero débil en originalidad. Evidentemente, era un buen negocio para Gershwin, que carecía de técnica pero era abrumadoramente original. Las lecciones se hacían en papel cuadriculado con títulos como "Grupos rítmicos resultantes de la interferencia de varias periodicidades sincronizadas" y "Grupos con el fraccionamiento alrededor del eje de simetría". (Es un testimonio del genio de Gershwin que semejante plan de estudios no acabara con su inspiración). Además de Gershwin, Schillinger contó entre sus alumnos con muchos músicos populares de la época, como Tommy Dorsey, Vernon Duke, Benny Goodman y Oscar Levant.

La primera obra que Gershwin compuso bajo la influencia de Schillinger fue la Obertura Cubana, que primero había titulado "Rumba". Se estrenó con ese nombre en agosto de 1932, en el primer concierto exclusivamente de Gershwin, celebrado en el estadio Lewisohn de Nueva York ante una multitud de 18.000 personas, de las que 5.000 no pudieron asistir. "Fue", dijo Gershwin, "la noche más emocionante de mi vida".

El propio análisis de Gershwin sobre "Rumba" explicaba: "La composición se inspiró en una breve visita a La Habana... y me esforcé por combinar los ritmos cubanos con mi material temático original. El resultado es una obertura sinfónica que encarna la esencia del baile cubano". En la portada, indicaba que los intérpretes de los cuatro instrumentos cubanos -claves, maracas, guiro y bongos- debían colocarse justo delante del atril de director de orquesta.

Si Gershwin hubiera vivido más de los 38 años que le fueron asignados, la Obertura Cubana podría haberse convertido en una señal en el camino hacia un estilo compositivo muy avanzado. Nadie que la oyera cuestionaría quién era el autor, pero los ritmos familiares y contagiosos y los característicos acordes melódicos de blues están guiados por una mano considerablemente más sofisticada y culta que la que había grabado las obras anteriores. -Orrin Howard