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Compuesto: 1845

Sobre esta pieza

En 1845, año en que compuso su Trío en do menor, Mendelssohn era una de las principales figuras de la música europea. Como director de los conciertos de la Gewandhaus de Leipzig, fue responsable del estreno de su propia música y de obras de otros compositores destacados como Schumann y Schubert. Acababa de terminar un periodo como director musical del rey de Prusia, supervisando una reforma musical del servicio eclesiástico y componiendo música para reposiciones de obras de Sófocles y Shakespeare(Sueño de una noche de verano). También entabló amistad con la reina Victoria y el príncipe Alberto, con quienes tocó y dedicó su Sinfonía "Escocesa" a la monarca británica durante una visita en 1842.

A principios de 1845, Mendelssohn se tomó un tiempo libre de sus actividades interpretativas, refugiado con su familia en Fráncfort, trabajando en una serie de composiciones que incluían el Trío. Se tomaba tan en serio su trabajo como compositor que incluso rechazó una lucrativa invitación para dirigir en Nueva York. Pero en jul comenzó a actuar de nuevo y aceptó varios encargos importantes, incluido uno de Inglaterra que dio lugar a su oratorio Elías. El ritmo frenético le pasó factura, al igual que la muerte de su querida hermana Fanny, y Mendelssohn falleció tras una serie de apoplejías el 4 de noviembre de 1847.

En el trío en do menor Piano , Mendelssohn se muestra apasionado y rapsódico. El pianista establece inmediatamente el tono con el inquietante y agitado primer tema del movimiento de apertura. Tras una transición, Mendelssohn introduce un ardiente y lírico segundo tema en modo mayor, interpretado primero por el violín y el violonchelo con el acompañamiento de piano . Este material constituye la base de un movimiento en forma de sonata meticulosamente elaborado.

El piano abre el movimiento lento en mi bemol mayor con una melodía cuya simplicidad superficial se ve empañada por una melancolía acorde con la atmósfera turbulenta del movimiento precedente. El Scherzo, impresionantemente veloz, recuerda a otros movimientos de Mendelssohn en esta línea, como el del Octeto o la música del Sueño de una noche de verano.

El final, de nuevo en forma sonata, contrasta material en los modos mayor y menor, pasando de la tempestad a la calma. Mendelssohn reserva su golpe maestro dramático para el desarrollo, donde modula a la dominante, La bemol, y combina fragmentos del tema inicial con el coral luterano "Vor deinen Thron", introducido primero por piano y retomado después por el violín. Este himno, una súplica del pecador a Dios para que no le abandone cuando muera, vuelve como coda de la obra, una afirmación triunfante tras la agitación precedente. -Notas del programa extraídas de los archivos de la Filarmónica.