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Sobre esta pieza

ffcf f Los compositores del siglo XIX crearon mundos de belleza y brillantez basados en su comprensión del piano como un instrumento de canto que también era capaz de maravillosas hazañas de bravura. Además de los muchos cambios cruciales en el vocabulario actual de la música en los albores del siglo XX, fue en el que se definió literalmente a la "thepiano ", sobre la base de su mecanismo de golpeo de martillo, como un instrumento de percusión. Ningún compositor contribuyó más a este concepto y a su aplicación práctica que Béla Bartók. De la mano de esta realización de la naturaleza percusiva del the piano vino el trascendental despertar del joven húngaro a la verdadera música folclórica de su país y de las tierras vecinas.

Sumergiéndose en la tradición folclórica a través de extensas investigaciones del tipo más intensivo, Bartók asimiló los elementos descubiertos hasta que se convirtieron en una parte predominante de su lenguaje musical. Nada de lo que escribió una vez iniciada la asimilación folclórica quedó intacto por los elementos de la música nativa: ritmos irregulares, modalidad, combinaciones de escalas exóticas, melodías severamente simples y el temperamento alternativamente ingenuo y apasionado de los modelos folclóricos. Y en su piano música, comenzando con el Allegro bárbaro de 1911, la percusión era el estilo operativo. Para 1916, año de la presente Suite, muchas piano obras habían salido de su pluma, la mayoría basadas en melodías folclóricas.

Aunque no se deriva de fuentes populares, la Suite sigue estando fuertemente aromatizada por ellas, y además está coloreada por pasajes de tonos enteros. El uso que Bartók hace de estos últimos, una influencia de Debussy, sirve para abolir la tonalidad, o al menos para descentralizarla, y también para evocar un aura del Lejano Oriente.

El primer movimiento de la Suite es su sección más bailable, con un paso rítmico pronunciado, a veces sincopado, acompañando primero una melodía de la mano derecha y luego de la izquierda. El primer tema es una melodía de pequeño rango, mientras que el segundo (mano izquierda) es más una figura que una melodía. Las vacilaciones y fragmentación melódica características de Bartók pueden observarse en el camino hacia una escala de tres octavas de tono entero antes de los acordes finales.

La sección principal del Scherzo contrasta los acordes aumentados rotos que se mueven hacia arriba y abajo del teclado con la disonancia de segundas y séptimas mayores usadas para acompañar las figuras cromáticas de legato.

Los materiales originales del tercer movimiento, indicó Bartók, son de inspiración árabe. El impulso mecánico de la pieza se establece al principio por un ostinato (figura repetida en la mano izquierda), figura que finalmente se desarrolla con un brillo vehemente y percusivo. El último movimiento es contrastantemente suave, conteniendo ese elemento de tranquilidad nocturna y a la vez pensativa que Bartók debía conjurar tan a menudo. El ritmo vacilante y las disonancias que lo invaden contribuyen a un ambiente de acero cuya severidad no excluye la conmovedora.