Sobre esta pieza

El artículo del que se extrae lo siguiente apareció en el periódico vienés Wiener Tag el 21 de octubre de 1936, diez meses después de la muerte de Alban Berg. El autor es Otto Klemperer, entonces director musical de la Filarmónica de Los Ángeles:

"Cuando fui invitado por la dirección de la Filarmónica de Viena a dirigir dos conciertos durante la presente temporada, expresaron el deseo de que realizara una novedad, sugiriendo la Suite Lulu de Alban Berg. Ya la había dirigido con considerable éxito en América... Pero como la Suite había sido previamente interpretada en Viena, me pareció que la loable decisión de esta famosa orquesta de presentar una interpretación conmemorativa de Berg era un testamento tan noble y precioso de estima que sería más adecuado para interpretar la última obra del maestro, aún no escuchada en Viena - su Concierto para Violín... que pertenece aquí, a Viena, a Austria, donde fue creado y con el que está íntimamente ligado... He cancelado dos conciertos europeos para darme el tiempo necesario para los ensayos. También reduje mis compromisos sociales en Los Ángeles, luego comencé a estudiar la partitura de Berg.

"En ese momento estaba físicamente en Los Ángeles mientras que en espíritu estaba en Viena, en la Hohe Warte o Hietzing, y en Carintia... Berg vivía en Hietzing... en la Trautmannsdorfstrasse. La última vez que estuve con él allí, en una buena tarde de verano de 1935, y me había tocado su ópera Lulu, aún no había escrito el Concierto para violín. ¿Quién podía imaginar que esta obra sería su propio réquiem, además de un réquiem por... la joven Manon Gropius [hija de la viuda de Gustav Mahler, Alma, y del arquitecto Walter Gropius], con su belleza de ensueño... a quien había conocido en la casa de Mahler en la Hohe Warte. Pude verla ante mis propios ojos, pálida y tranquila, en esa famosa habitación con sus paredes formadas por las vitrinas en las que se guardaban los manuscritos de Mahler... Y luego vi a Berg, que estaba tan cómodo allí como en su propia casa y en el campo de Carintia... donde escuchó la melodía popular, un Ländler ["Ein Vogel auf'm Zwetschgenbaum" - Un pájaro en el ciruelo], con la que asoció la frescura y la ingenuidad de esta joven. La melodía se entretejió en la partitura del Concierto para Violín y concluye con un tremendo clímax. En este punto culminante de la obra, la muerte hace su aparición más cruel, pero la muerte nunca significa el final. El segundo movimiento comienza con el coral de J. S. Bach Es ist genug: '¡Es suficiente! Señor, si te complace, mi Jesús, ven! Mundo, buenas noches. Voy a la casa celestial, con el corazón lleno de alegría. Mis penas permanecen abajo. Las variaciones de este coral, los sonidos que emanan del violín, que dan lugar a un mundo completamente nuevo para el instrumento, la forma en que al final la música parece abarcar el cosmos, desde las profundidades más bajas hasta las alturas sublimes, todo esto lo he venido experimentando en Los Ángeles... Ahora, dentro de unos días, el [Concierto para violín] de Alban Berg, interpretado por la mejor orquesta de Europa, la Filarmónica de Viena, será presentado. Espero ese momento con humildad y alegría."

El solista del estreno en Viena fue el violinista americano Louis Krasner, quien encargó la obra y a quien está dedicada. Krasner también fue el solista en el estreno mundial, el 19 de abril de 1936, en el marco del Festival de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea de Barcelona de ese año. El director de orquesta era Hermann Scherchen.

Manon, debe ser mencionado, fue golpeado por la polio en la primavera de 1934. Murió un año después, conmemorada por esta música sublime, dedicada "a la memoria de un ángel", como escribió Berg en la portada del manuscrito.

Siguiendo con los comentarios de Klemperer: el coral empleado proviene de la cantata de Bach O Ewigkeit, du Donnerwort, BWV 60 (Oh Eternity, Thou Fateful Word). Tiene un subtítulo, "Diálogo entre el miedo y la esperanza", y su texto contiene las palabras "Bienaventurados los que mueren en el Señor", ambas seguramente pensadas por Berg como referencias a Manon. Finalmente, el coral "Es ist genug" no es en realidad de Bach sino de Johann Rudolph Ahle (1626-1673): armonizado por Bach, inmortalizado por Berg.

- Herbert Glass