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De un vistazo

Compuesto: 1918

Duración: c. 60 minutos

Sobre esta pieza

Hacia el final de la Primera Guerra Mundial, Stravinsky se enfrentaba a la dura realidad de la privación económica: los pagos de sus editores alemanes estaban siendo retenidos, y la Revolución Rusa había cortado sus ingresos del patrimonio familiar. Sintiendo el desastre, Stravinsky, siempre pragmático, formuló con sus amigos, el escritor C.F. Ramuz y director de orquesta Ernest Ansermet, un plan para salir de esta situación tan molesta.

Como él lo explicó: "Ramuz y yo nos hicimos con la idea de crear una especie de pequeño teatro ambulante, fácil de transportar de un lugar a otro y de mostrarlo incluso en pequeñas localidades." Así que por necesidad surgió la orquesta neoclásica de cámara. En cuanto a su primer proyecto, Stravinsky recordó, "Nos atrajo particularmente el ciclo de leyendas que tratan de las aventuras del soldado que desertó, y el Diablo que inexorablemente viene a llevarse su alma." Armados con el material dramático a prueba de tontos de la historia de Fausto, los dos crearon La historia del soldado, "para ser leída (Narrador, Soldado, Diablo), interpretada y bailada (Princesa)".

Stravinsky y Ramuz se sumergieron en sus tareas de crear, respectivamente, música y libreto, con la ayuda del compositor en este último. La partitura surgió como una maravilla de economía e ingenio, renunciando a la gran orquesta de ballet de El Pájaro de Fuego, Petrushka y El Rito de la Primavera. El compositor razonó que tendría que seleccionar un grupo de instrumentos que pudiera incluir los tipos más representativos, en agudos y bajos, de las diferentes familias instrumentales. El arreglo de la obra en trío del propio Stravinsky parece haber evolucionado como una especie de compromiso sentimental/económico, habiendo sido hecho en beneficio de Werner Reinhart, un clarinetista aficionado que había "pagado por todos y por todo, incluyendo la música" que participó en la primera producción de la obra, en Lausana en septiembre de 1918.

En su Crónica, Stravinsky explica que había considerado usar el piano en su puntuación original, pero decidió no hacerlo por varias razones. Aparte del motivo de la transcripción, la Suite en forma de trío ha dado a la música la oportunidad de una amplia exposición. Ya sea en su versión original para siete músicos o en el arreglo para trío, la música en sí misma tiene un borde crudo y mordaz que elimina todos y cada uno de los vestigios del romanticismo, dejando al descubierto un corazón sarcástico que late con acentos rítmicos en constante cambio, es impulsada por ostinatos obsesivos (un dispositivo al que el compositor se dedicó durante toda su vida) y establece disonancias que crujen abrasivamente dentro de una estructura armónica esencialmente diatónica. - Orrin Howard