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De un vistazo

Compuesto: 1917

Duración: c. 18 minutos

Orquestación: flautín, 2 flautas, 2 oboes, corno inglés, 3 clarinetes (3º=clarinete bajo), 2 fagotes, contrafagot, 4 trompas, 3 trompetas, 3 trombones, tuba, saxofón soprano, violinófono, timbales, percusión (xilófono, glockenspiel, campanillas, coco, pandereta, tambor surdo, platillos, bombo, tam-tam, reco-reco), 2 arpas, celesta, piano, y cuerdas.

Sobre esta pieza

El ballet/poema tonal Uirapuru fue compuesto en 1917, de alguna forma. La obra comparte temas con al menos dos obras anteriores y no se orquestó hasta 1934. Se estrenó como ballet en una gala celebrada en el Teatro Colón de Buenos Aires en mayo de 1935 y como poema sonoro en Río de Janeiro unos meses más tarde; ambas representaciones fueron dirigidas por el compositor. Tampoco está claro en qué medida se inspira en El pájaro de fuego de Stravinsky. Las historias son algo similares (el Uirapuru es un pájaro cantor brasileño que supuestamente trae buena suerte en el amor) y los Ballets Rusos hicieron una gira por Sudamérica en 1917 con un programa que incluía El pájaro de fuego. Pero algunos biógrafos de Villa-Lobos afirman que el compositor brasileño no conoció la música del ruso hasta su primer viaje a París, en 1923.

En el escenario del compositor, un grupo de chicas locales se adentra en la selva en busca del pájaro. Un hombre feo intenta unirse a ellas, pero lo rechazan. Finalmente, el uirapuru se les aparece bajo la forma de un hombre apuesto al que todas admiran, pero el hombre despreciado se venga de ellas matándolo. El uirapuru vuelve a su forma de pájaro y desaparece en la selva. Villa-Lobos da a los individuos una clara identidad temática (incluido el canto real de los pájaros para el uirapuru), en una colorida partitura para gran orquesta que sugiere a los primeros Stravinsky, pero que también está llena de auténticos brasileñismos, todo ello transformado en el característico estilo personal de Villa-Lobos. -John Henken