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De un vistazo

Compuesto: 2018

Orquestación: flauta (=flauta alta, piccolo), oboe, clarinete, clarinete bajo, fagot, trompa, trompeta (=trompeta piccolo), trombón, percusión (pares de chasquidos de perro, látigos, redoblantes, bombos, guiros, tambores tenores, gongs, tam-tams, globos de aire, silbatos de viento, gongs de ópera chinos, triángulos, varillas metálicas, hidrófonos, 4 bloques de madera, 4 cencerros, 4 platillos suspendidos, 9 gongs de tono tailandés, 6 almglocken, carraca, bombo, congas, bloques de templo, bongó, claves, tambor de ruptura, vibráfono, crótalos), y cuerdas

Sobre esta pieza

BrutalMirrors (2018) trata en gran medida de la distorsión de la simetría a través del reflejo, la maleabilidad/elasticidad de la estructura y la violencia de la memoria. La obra se inspiró en una fotografía titulada "Brutal Mirror" de Mauro Restiffe, uno de los fotógrafos/artistas visuales clave de Brasil. Me siento afortunado de conocerlo y tenerlo como un querido amigo. Conocí a Mauro en Civitella Ranieri, una colonia de artistas en Umbría, Italia, donde ambos fuimos becarios en 2014; desde entonces me he convertido en un gran admirador de su obra.

La fotografía de Mauro "Brutal Mirror" formó parte de su exposición, Post Soviet Russia 1995/2016, que se inauguró en el Museo de Arte Contemporáneo Garage de Moscú. Uno de los aspectos que me fascinó de su exposición es que creaba un choque entre el pasado y el presente, de las ciudades de Moscú y San Petersburgo, a través de su arquitectura y monumentos. También implicaba poéticamente la influencia de la memoria y la historia en el presente. Teniendo esto en cuenta, recupero, superpongo y yuxtapongo a esta nueva obra de conjunto obras mías personalmente críticas, que aparecen en secciones específicas, centradas en la memoria y el tiempo. Esto crea mi propio "espejo brutal", que me obliga a aceptar mi propio pasado musical, así como el camino a seguir.

Además, en su fotografía, "Brutal Mirror", me absorbió la forma en que la rigidez de un edificio ya simétrico se diluía, distorsionaba y sombreaba de alguna manera por una simetría más líquida, maleable o móvil; esto era para mí una gran metáfora de una composición, en la que las estructuras y proporciones preconcebidas se maniobran libre e intuitivamente mientras exploro y compongo la música y sus objetos principales. Hay un conjunto subyacente de proporciones y orden de eventos/móviles reconocibles, que se dan en escalas micro/macro temporales, pero que también gobiernan elementos menos obvios como el tono, el tempo, la armonía. -Felipe Lara