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Aunque no se necesita ningún conocimiento o experiencia especial para disfrutar de un concierto orquestal, ciertas prácticas se han convertido en habituales: - Una vez sentada la orquesta, la primera persona que sube al escenario es el concertino (el primer violinista principal), que es recibido con aplausos y que luego inicia el proceso de afinación. A continuación viene el director de orquesta (con o sin solista), que es saludado de nuevo con aplausos. Una vez que se director de orquesta ha inclinado y se ha girado hacia la orquesta, todos se callan para que la música pueda comenzar. - El silencio es el lienzo en el que se experimenta la música, así que para una máxima concentración y disfrute, la audiencia debe estar lo más callada posible. En la sensible acústica del Walt Disney Concert Hall, hasta el más mínimo ruido puede ser una distracción significativa. Lo que normalmente no se escucharía en la vida diaria (susurros, zumbidos, golpecitos, pasar las páginas, etc.) lo notan todos los que están a su alrededor. Por supuesto, los teléfonos móviles y todos los demás dispositivos electrónicos deben ser silenciados antes de que comience la actuación. - ¿Cuándo debo aplaudir? Esto ha sido objeto de mucho debate. La tradición durante los últimos cien años ha sido aplaudir sólo al final de una pieza, sin importar cuántos movimientos individuales haya. (En un recital, la costumbre es aplaudir después de un grupo de piezas, como se indica en el programa.) El propósito de la espera es mantener una atmósfera ininterrumpida para que la pieza conserve su unidad y que cualquier hechizo que la música haya lanzado permanezca intacto. Pero en épocas anteriores, no era raro que el público respondiera con aplausos espontáneos, a veces incluso insistiendo en que se repitiera un movimiento antes de que una pieza pudiera continuar. Hoy en día, a medida que más amantes de la música asisten a los programas clásicos por primera vez, los aplausos entusiastas estallan ocasionalmente entre los movimientos. Si te preocupa cuándo aplaudir, lo más seguro es esperar a que se haya dado la director de orquesta vuelta para mirar al público y todos aplaudan.