Diseño
El arquitecto Frank Gehry dedicó mucho tiempo al diseño. Trabajó con el diseñador y constructor de órganos de Los Ángeles, Manuel J. Rosales, para crear algo diferente de un típico órgano de iglesia con sus filas y filas de tubos de metal. Los diseños iniciales de Gehry incluían tubos que colgaban del techo y el organista en una jaula a mitad de la pared. Rosales encontró los conceptos extravagantes y maravillosos, pero sabía que no había manera de que condujeran a la construcción de un instrumento musical práctico.
Finalmente, Gehry presentó un concepto que parecía un racimo de flores que salía del suelo. Rosales encontró este diseño maravilloso y estuvo de acuerdo en que era algo que podían perseguir. Rosales recomendó al organero europeo Casper von Glatter-Götz para que fabricara e instalara los numerosos y complejos componentes. Lo que vemos hoy en día es la dramática composición de las vigas que Gehry se refiere como "papas a la francesa". (¡Y ciertamente son de súper tamaño!)
Sonido
Debido a su complejo diseño, Rosales pidió que el órgano no estuviera terminado hasta 2004, un año después de la inauguración de la Sala. El proceso de afinación requería un silencio absoluto en la sala, lo que significaba que no se podía ensayar durante la afinación. Rosales colocaba un peso en una sola tecla para probar la nota y luego recorría la sala escuchando desde varios asientos. Juzgar una nota podía llevar hasta 30 minutos. Sólo este detalle en la afinación produciría el mejor instrumento posible(véase la lista de los controles de parada).