Cuando Lillian Disney -cuya donación inicial de 50 millones de dólares puso en marcha el proyecto del Walt Disney Concert Hall- conoció al arquitecto Frank Gehry, le dijo que quería que la sala de conciertos fuera un hogar acogedor para la música. Gehry hizo suyos sus deseos y concibió el auditorio como un "salón para la ciudad", un lugar donde todo el mundo se sintiera bienvenido.
Desde las coloridas alfombras del vestíbulo hasta los asientos tapizados del auditorio, pasando por el serpenteante Blue Ribbon Garden de la tercera planta (un parque público del Estado de California), el Walt Disney Concert Hall capta esa sensación de hogar lejos del hogar. Veinte años después de su inauguración, Frank Gehry explica cómo el Walt Disney Concert Hall se ha convertido en el acogedor hogar que la Sra. Disney soñó.